El autobús ya no pasa por el pueblo de Felechas desde hace dos meses. La construcción de la nueva carretera que une Boñar con Cistierna ha servido para eliminar la parada del autobús de esta pequeña localidad del Municipio de Boñar. Se argumenta por la empresa concesionaria que el traslado de la parada a la nueva carretera no redunda más que en beneficio de los usuarios de la mencionada línea, que ahora circulan por una carretera mucho más segura y rápida. Sin embargo, los vecinos de Felechas, como los habitantes de otros tantos pueblos de la provincia de León, nos preguntamos si es justo que la mejora de las infraestructuras de los servicios públicos pueda justificar que cada día se dificulte más el acceso a los mismos a quienes residimos en gran parte de estos pueblos, habitados por una población cada vez más envejecida. La nueva carretera,absolutamente necesaria, no debe servir para que los vecinos de Felechas tengan que recorrer más de un kilómetro, parte de él sin asfaltar, para llegar a un punto de la flamante nueva vía, en el que, sin caseta ni refugio alguno, se deba esperar a la intemperie la llegada del coche de línea. El servicio público de transporte de viajeros debe intentar ser lo más universal posible, es decir, si emplea la nuevas carreteras no es para desatender a un porcentaje importante de usuario -en la mayoría de los casos, los ciudadanos que más necesitan de dicho servicio público-. Los principios de solidaridad y, por supuesto, el de igualdad exigen que se respete el derecho de todos los leoneses a tener un mínimo de calidad en todos los servicios públicos. En este sentido, no creo que los vecinos de Cistierna se vean agraviados por el hecho de que el autobús, que ahora realiza el recorrido de forma más segura y rápida, se «demore» dos minutos en entrar a la parada que siempre tuvo Felechas. El ahorro de unos litros de combustible al año presiona a la empresa concesionaria para buscar el camino más corto, pero debe ser la Administración competente, en este caso, la Junta de Castilla y León, la que exija el cumplimiento no sólo de la concesión, sino también de la Constitución. La calidad de los servicios públicos impone que muchos de ellos se presten con un cierto nivel de concentración, algo asumido en cualquier sociedad desarrollada. Un claro ejemplo de ello son la sanidad y la educación. Sin embargo, y como complemento, otros servicios públicos deben prestarse lo más desconcentradamente posible, siendo uno de ellos, el transporte de viajeros. De poco sirve comarcalizar los servicios si sus usuario no pueden llegar a ellos, o deben hacer travesías entre la nieve de varios kilómetros. Hoy ya no aceptamos discurso a favor del mundo rural, del desarrollo de nuestros pueblos, prometiendo inversiones cuantiosas -que van siempre a las empresas más avisadas-, si día a día la Administración regional permite con su pasividad, más o menos cómplice, que los servicios públicos que se prestan en los pueblos de León se deterioren de forma irremisible ¿Cómo va a fijarse población en un pueblo que ya ni tiene coche de línea? ¿qué hacen los vecinos que no tiene coche para ir al centro de salud, o para bajar a León? Si existe alguna planificación secreta por la cual todos los leoneses debamos residir en la capital, que se haga pública, para, al menos, poder discutirla. Pero, por favor, no permitamos que la inactividad administrativa agrave el deterioro de la calidad de vida de los que vivimos en los pueblos. Los políticos se afanan por llegar a las inauguraciones de las nuevas infraestructuras pero jamás han asistido al sepelio de ningún servicio público. Quizás sea momento de enarbolar en los mítines que se avecinan las esquela por las escuelas, los consultorios y las paradas de autobús cerrados en nuestra provincia en aras del desarrollo rural. Saturnino Rodríguez Rodríguez y Andrés García Alvarez (Felechas). Carmen Morán González llama al Teléfono del lector diciendo: «Me parece muy bien la ampliación de líneas de autobuses que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de León, el mejor servicio, el aumento de las marquesinas. Todo por mejorar el servicio. Pero una cosa no me parece bien, y es que no se acuerdan de las personas minusválidas y las personas que están en silla de ruedas por la ciudad. Que no tienen transporte, que de dos eurotaxis de había ya no hay más que uno, que está previsto, pero muy a largo plazo el incrementar este servicio. Por otra parte se proponen aumentar el número de vehículos dentro de los autobuses pero para el año que viene, es decir siempre lo último. Entonces que tengan en cuenta que las personas minusválidas no solamente van a la Condesa a echar de comer a las palomas, hay muchos que trabajan, hay muchas personas que tienen necesidad de subirse a un autobús en su silla de ruedas y no contamos más que con dos autobuses en la ciudad de León. Me parece muy bien que se mejore el servicio, pero para todos, sin ningún tipo de discriminación. Los mapas de los recorridos de los autobuses tenían que estar en Braille, puesto que ya están así en casi todas las ciudades españolas. Es que en León es una vergüenza».
Artículo de Opinión publicado en el Diario de Leon del día 14/01/2003