Mayos y Cantamisas
Cuando un hijo del pueblo cantaba misa, el pueblo se volcaba para hacer una fiesta por todo lo alto, ya que, independientemente de que el nuevo sacerdote fuera pariente o no, todo el mundo lo celebraba como algo suyo.
Con suficiente antelación se iba preparando el acontecimiento, lo primero era buscar un mayo.
Los mayos constituyen una costumbre ancestral ligada al pueblo celta que ha llegado hasta nosotros y que numerosos pueblos de la provincia celebran todas las primaveras de una u otra forma. Los mayos constituyen un símbolo de vida, por eso se ponían a primeros de mayo –de ahí su nombre-, que es cuando la naturaleza revive del sueño del invierno. En Felechas no se recuerda que exista tradición de pinar mayos en esa época, pero sí de hacerlo cuando se canta misa. Ignoramos por qué y en qué momento se asoció este símbolo pagano –el mayo- a un rito cristiano –el cantamisas-, pero esta asociación está presente en toda la montaña oriental.
Sigamos con los preparativos. Una vez elegido el chopo, lo más recto y alto posible, se le podaba y descortezaba. Después se elegía el sitio para pinarlo, siempre lo más cerca posible de la casa del homenajeado. Allí se hacía un hoyo en el suelo y se pinaba, poniendo en la copa un premio. Esto constituía un reto para los mozos de toda la comarca, que intentaban demostrar su destreza “enguilando” para llevarse el premio, aunque normalmente se valoraba más el honor y renombre que conllevaba la gesta que el propio premio.
En estos momentos se cantaban canciones como:
Decís que sois tan valientes | A todos esos señores |
A continuación se confeccionaba, a la entrada del pueblo, un arco vegetal y floral. La víspera de la celebración se iba a buscar al homenajeado a las Eras de la Mata con un sillón sobre andas, adornado con telas, damascos, flores, etc. Y se le llevaba hasta su casa portado por los mozos. Al llegar éstos solían ser invitados a bebidas y dulces.
Al día siguiente el nuevo sacerdote acudía a la iglesia, adornada convenientemente para la ocasión, para celebrar una solemne misa mayor y se entonaban cánticos, como los que siguen:
Ya entra en casa de sus padres siendo ministro de Dios a darles gracias sublimes por su buena educación. Ya le estrecha en sus brazos su madre con alegría viendo que su hijo querido es de Cristo jerarquía. Buenos días don (nombre) que tenga felicidad para cantarnos la misa con mucha solemnidad. También todos debemos estarle agradecidos que un hijo de nuestro pueblo por Dios ha sido elegido. Le vemos por vez primera como ministro de Dios que su cáliz perfumado hasta el Cielo levantó. Alumbre sus pensamientos la Virgen de la Asunción y dar buenos consejos para nuestra consolación. No se olvide de su pueblo y pida por los pecadores y nos tenga muy presentes en su fervor y oración. Salga señor cura salga que le estamos esperando la juventud de su pueblo que le saluda cantando. En este pequeño grupo mozos y mozas estamos esperando a don (nombre) con muchísimo entusiasmo. ¡Viva el señor cura nuevo padre y predicador! ¡Todos vivan muchos años para gloria del Señor! | Cuando por primera vez el Señor baje a tus manos pide con mucha humildad por nosotros tus hermanos. Pedirá usted don (nombre) por nosotros con amor ofreciendo el sacrificio en holocausto al Señor. Póngase bajo este arco, haga el favor don (nombre), que con toda sencillez le “habemos” preparado. Siéntese en esta silla de madera y telas bastas quién la pudiera adornar con brillantes de oro y plata. Siéntese señor cura en el sillón arreglado que la juventud del pueblo para usted ha preparado. Para cantarnos la misa donde usted fue bautizado en la iglesia parroquial de su pueblo muy amado. Por encima la cabeza del que la misa decía vi pasar una paloma, era la Virgen María. En nombre de todo el pueblo le pedimos un favor que durante la misa por él diga una oración. Salga don (nombre), salga, salga de la sacristía, que le estamos esperando con muchísima alegría. Todos los que están presentes gritemos en alta voz con alegría y contento ¡viva el ministro de Dios! | Y le deseamos todos que con salud y santidad disfrute por muchos años su estado sacerdotal. Este nuevo sacerdote representando al Señor dio este día a su pueblo su primera bendición. Gritemos en este día todos juntos a una voz ¡viva el nuevo sacerdote que ya es ministro de Dios! Las mocitas de este pueblo estamos de enhorabuena, ya tenemos quien nos case si encontramos quien nos quiera. Mirad bien que Dios nos mira, siempre nos está mirando, va a ser pastor de almas guardad bien vuestro rebaño. Le vamos a acompañar a la casa de sus padres con todos sus compañeros y dignas autoridades. Hasta el portal llegaron con muchísima alegría ensalzando al que cantó hoy su primera misa. Que viva don (nombre) repetimos otra vez y con la ayuda de Dios cumpla bien con su deber. Quédense todos con Dios nosotros nos retiramos y quiera Dios que todos juntos en el cielo nos veamos. |