Historia de Felechas

Pueblo ancestral

Es muy probable que la zona donde se ubica Felechas estuviera ya poblada en épocas paleolíticas, pudiendo encontrar algunas referencias y hallazgos en varias cuevas de la zona. Los restos más antiguos encontrados en Felechas corresponden al lugar denominado «La Torre» (también conocido como «Torre del Moro»).

Se trata de un pequeño altozano situado en el extremo norte del casco urbano, dominando la entrada al valle. Su ubicación, estructura y restos encontrados (molinos de mano barquiformes, piedras pulimentadas) parecen indicar que se trata de un castro, sin ser posible determinar si corresponde a época prerromana o romana. Se han encontrado también monedas medievales, lo que podría indicar que su ocupación se alargó notablemente en el tiempo. 

En la zona de «Las Llampas» ha aparecido también algún resto aislado que podría indicar la existencia de otro castro de época similar.

No es descabellado, por tanto, pensar que los alrededores del pueblo estuvieron ocupados de forma estable desde los tiempos inmediatamente anteriores a la conquista romana. Confirmaría esta opinión los numerosos hallazgos arqueológicos realizados en localidades cercanas (Sabero, Olleros, Aleje, Lois, La Velilla, La Ercina…). 

Es seguro que existió también poblamiento durante la época visigoda, como demuestra el cancel visigodo, probablemente de los siglos VII-VIII, descubierto en el suelo de la iglesia, al realizar unas obras, que posteriormente fue cortado e incrustado en el altar.

La primera referencia de Felechas

La primera referencia escrita sobre Felechas aparece en el año 961, en que se venden a Don Munio y Doña Froyleva un pomar y una viña en la “Villa de Felectas” por dos vacas y una becerra y un carnero. Igualmente en 1057 en una donación al monasterio de Santa María de las Dueñas figuran bienes de «Felectas«.

La denominación «Felectas» que aparece en estos primeros documentos hace pensar que el nombre de nuestro pueblo procedería del término latino «filictum», que evoluciona hacia el término popular «felecho» (helecho), con lo cual su significado sería aproximadamente «tierra de helechos» o «lugar poblado de helechos«.

A medida que transcurre la Edad Media aumentan las referencias documentales a Felechas, que quedaba incluido en el Condado de Colle. Existen numerosos testimonios escritos sobre este Condado y sobre su señor, el Conde de Colle, del que sabemos, entre otras cosas que poseyó un castillo ubicado en el lugar donde actualmente se sitúa la iglesia de esta localidad. Es curioso que el título de Conde de Colle acabó, a finales del siglo XIV, correspondiendo al obispo de León.

Son también muy abundantes los restos materiales de este periodo. Así, en el interior del pueblo, concretamente en la zona del Carbajo, se descubrieron hace unos años una cuevas que diversos especialistas que las visitaron coinciden en datar en los últimos siglos medievales. En esta misma época (probablemente siglo XIV-XV) debió edificarse la actual iglesia, dedicada a San Martín, tal vez sobre los restos de otra anterior.

Los alrededores

En los alrededores del pueblo aparecen también numerosos restos medievales:  

– Santa Marina: Pueden  observarse numerosas tumbas -alrededor de 80-, excavadas sobre el terreno y realizadas con toscas lajas («láganas», se dice por aquí). Estos hallazgos quizás correspondan a una iglesia medieval, a un monasterio o, lo que parece más probable, sea la necrópolis (el cementerio) de un poblado desaparecido y aún no localizado. Dichos restos han desaparecido actualmente puesto que el  trazado de la nueva carretera Boñar-Sabero atravesó la necrópolis (esta previsto instalar en el pueblo algunas de las tumbas recuperadas).

– Secadas: Cerca del anterior se conservan restos de un desaparecido poblado medieval, conocido también como San Pedro de la  Collada, del que existen numerosas referencias escritas. (en el Catastro del Marqués de la Ensenada -siglo XVIII- se señala que está despoblado y sus tierras corresponden a la localidad de Felechas). Se trata sin duda de uno de los numerosos despoblados medievales tan frecuentes en toda la provincia; pueblos que desaparecieron en el transcurso de los siglos XIV-XV, como consecuencia de las numerosas pestes de la época.

– San Marcos: En la orilla de la carretera de Vozmediano, en el paraje de San Marcos, pueden observarse con gran claridad los restos de una iglesia que debió estar en pie hasta hace no demasiados años. Rodeada de numerosas tumbas, realizadas con grandes y toscas lajas de piedra, alguna de las cuales conserva restos óseos. En las inmediaciones se recogen con facilidad restos de cerámica y de teja típicamente medievales.

– Conjanos: Un poco más arriba del anterior, pueden observarse restos de construcciones alineadas a ambos lados de lo parece fue una calle o camino. No está claro si puede tratarse también de un antiguo despoblado o, lo que parece más probable, de construcciones dependientes de San Marcos o del también cercano monasterio de Santiago.

– Santiago: Situado ya en terrenos de Vozmediano, pero muy ligado a Felechas, se encuentran los restos del Monasterio de Santiago.

Apogeo máximo del pueblo

 La información sobre Felechas aumenta a partir del siglo XVI, cuando disponemos ya de libros parroquiales.

Durante todos estos siglos (XVI-XIX), a juzgar por los datos que aparecen en los libros parroquiales, Catastro del Marqués de la Ensenada y Diccionario Madoz, Felechas fue un pequeño pueblo, habitado por entre 20 y 30 vecinos (lo que podría suponer entre 100 y 150 habitantes). Dedicados exclusivamente a las actividades agropecuarias, con una forma de vida precaria y sometidos a numerosas cargas, impuestos y gravámenes, incluidos diezmos y primicias que habían de pagar a la iglesia.

Hay un momento clave en la vida del pueblo y de toda la comarca, cuando en la segunda mitad del siglo XIX se inician las explotaciones mineras, primero en Sabero y Sotillos y luego en Veneros. La fecha clave podría situarse en 1892,con la fundación de la Empresa Hulleras de Sabero y Anexas,S.A, que durante un siglo será la columna vertebral de la economía de toda la zona.

El inicio de las explotaciones mineras supuso la introducción de una actividad nueva en la comarca, a la que poco a poco fueron incorporándose la mayor parte de los varones del pueblo. Con ello la actividad agrícola y ganadera pasó a un segundo plano, pues la minería aportaba la mayor parte de los ingresos. Cambiaba así de forma radical la vida del pueblo. A ello contribuyó además la llegada de numerosos inmigrantes que encontraban trabajo en las cercanas explotaciones y fijaban su residencia en Felechas o en otros pueblos de la zona.

 

Siglo XVI y las explotaciones mineras

Hacía la década de 1950 podríamos situar el momento de máximo apogeo en la historia del pueblo, intensamente poblado, con cerca de 100 familias (más de 300 personas) residiendo en él.

A partir de la década siguiente la tendencia se invierte. El cierre de las explotaciones mineras de Veneros, la progresiva reducción de las de Sotillos y Sabero, paralelos al éxodo rural que se vive en toda España, ocasionó la emigración de un gran número de las familias del pueblo.

Poco a poco la vida de Felechas decae hasta llegar a la triste situación actual. Hoy podríamos decir que Felechas es un pueblo de jubilados, donde la ganadería ha desaparecido y la agricultura se limita a  pequeñas huertas que los vecinos cultivan más por entretenimiento que por rentabilidad y donde las pocas personas ocupadas realizan su actividad fuera de la localidad.

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