El escondite
Es un juego muy simple: uno ponía y contaba hasta cincuenta, mientras los demás se escondían. Finalizada la cuenta, el que ponía buscaba a los demás; si descubría a alguno corría al lugar en el que había contado y decía “Una, dos y tres por fulano (nombre del localizado)”. Si, por el contrario, alguno conseguía burlarle, se acercaba a dicho sitio y decía “Una, dos y tres por mí”, con lo cual quedaba libre.
Si el que ponía conseguía dar a todos, cedía su lugar al primero que había descubierto.
Para echar a suertes quien ponía, se situaban todos los participantes en corro y uno de ellos recitaba una serie de frases, mientras que apuntaba a cada jugador. En el caso del escondite solía utilizarse ésta:
Esconde berite, beritón
cien gallinas y un capón.
El capón estaba muerto,
las gallinas en el huerto.
Tú por tú, que salgas tú.
Y el señalado quedaba libre de poner, prosiguiendo la rifa hasta que quedaba uno solo.
De esta cancioncilla para rifar procede el nombre de “escondeberite” por el cual es muy conocido el juego en Felechas.
Otro muy empleado era:
Por las puertas de Mambrú,
botón, botonera,
tabique y afuera.