Los bolos leoneses

El juego de los bolos fue durante muchos años el entretenimiento preferido de los adultos de Felechas y de la mayor parte de los pueblos de la provincia, especialmente en aquellos días en que el tiempo acompañaba y el trabajo escaseaba.

En Felechas, y en los pueblos cercanos, se practicaba la variante conocida como bolo leonés, que se juega con bola «cancha». Por desgracia, en los últimos años se ha dejado de jugar, aunque existen varias personas muy aficionadas, que incluso practican los bolos como deportistas federados en alguna de las numerosas boleras que existen en la ciudad de León.

 

¿Cómo se Juega?

La cancha, llamada bolera, no exige una longitud fija, aunque suele rondar los 30 metros de larga por 8-10 de ancha. En ella encontraremos dos partes bien diferenciadas,. el castro, que es la parte de la bolera donde se colocan los bolos, es un cuadrado de 1´40 m de lado, y el campo de juego, comprendido entre el castro y la mano (lugar desde donde se lanza la bola). En él debe considerarse una línea imaginaria llamada » línea de tiro»; que pasa por el centro del castro y por la mano.

Cada bolo es un trozo de madera torneada en forma tronco-cónica, de madera de chopo, haya o palera. Se necesitan nueve bolos «normales» (de aproximadamente 50-55 cm. de largo y con un diámetro de 10 cm. en la base y 5 en la cúspide) y otro más pequeño llamado «miche» (de entre 25-30 cm. de largo y 7 de diámetro). Sólo dos bolos, además del miche, tienen nombre especial, el del medio y el cincón ( que será el primero del lado donde se coloque el miche).

Los bolos se sitúan verticalmente en el castro apoyados por su base, de modo que formen tres filas de tres bolos con separación de 55 cm; llamándose 1ª, 2ª y 3ª fila, empezando a contar por la más próxima a la mano. 
El miche se coloca en uno de los costados del castro.

Las bolas son de madera seca y resistente (de encina o fresno) y forma semiesférica, con el canto rebajado o achatado y su peso oscila ronda los 800 gr.; con un diámetro de unos15 cm.

En el suelo se dibujarán también una serie de rayas fundamentales para el desarrollo del juego:

– Raya de once: La que une el cincón con el miche.

– Raya complementaria: Es la que se traza desde el miche al bolo de la 3ª fila de la parte superior.

– Raya de parada: Es una circunferencia que rodea el castro. Tiene un radio de 2 a 2´5 m. y su centro es el bolo del medio.
Aunque se puede jugar individualmente, lo normal era -y es- jugar por equipos, compuestos por un mínimo de dos jugadores, si bien lo normal es entre 3 y 5.

Al comenzar la partida suele sortearse, lanzando una moneda al aire, el orden de las tiradas. El equipo que lanza en primer lugar es «mano» y cuenta con el privilegio de señalar el lugar desde el que se lanzará (colocará la mano más cerca o más lejos según las características de sus componentes); el otro equipo es el «postre» y a él corresponderá pinar el «miche» a su gusto y antojo (a la izquierda o derecha del castro, más cerca o más lejos del «cincón»).

El juego consiste en hacer el mayor número de tantos, pero estos no se alcanzan únicamente por derribar bolos, a la manera de las boleras americanas, sino que, al contrario, la jugada más ansiada es un «once», que se consigue cuando la bola entra en el castro y sin salirse por la tercera fila de bolos y sin rebasar la raya complementaria derriba el miche, o, también, cuando la bola cruza la «raya del once» sin sobrepasar la última fila de bolos ni la raya complementaria.

La bola que entra en el castro sin derribar bolos se contabiliza con 6 tantos. Si además derriba algún bolo deberá sumarse uno por cada, salvo que se derribe únicamente el del medio, cuyo valor es de dos tantos.
Si la bola no entra en el castro o entra y derriba sólo el bolo cincón, la jugada es nula («cinca»).

Antiguamente existía la costumbre de «birlar», es decir, realizar un segundo lanzamiento desde el lugar donde había quedado la bola, siempre que hubiese salido de la raya de parada.

Aunque la reglamentación no es excesivamente complicada, con frecuencia hay dudas sobre la validez y puntuación de una jugada, por lo que es normal que alguien actúe de juez, al que suele denominarse «contador», que cantará en voz alta la puntuación de cada jugada y la suma total que lleva el equipo.